«Mi punto de partida para intervenir y pintar el vestido ha sido de manera muy clara mi reciente visita al edificio de Gaudí en enero de 2024 y en concreto a La Pedrera, donde quedé fascinado por todo el edificio y, sobre todo, por sus dos portales que he tomado como inspiración para pintar el vestido.

Me parecieron una maravilla por el ambiente natural y fresco que crean. Como si te adentraras a una especie de jardín o cueva mágica gracias a la gama de colores que utilizó en las paredes y el techo de estos portales, y la puerta en forma de alas de mariposa. El recuerdo y la sensación que me provocaron al verlo es lo que me ha servido para pintar el vestido.

Normalmente, en mi trabajo no parto de imágenes ni bocetos, sino más bien de sensaciones, recuerdos o una especie de ambientes poéticos propios que intento recrear pictóricamente. Mi manera de trabajar es siempre de cero, a partir de la improvisación y la experimentación en un proceso muy impulsivo que incluye descansos y periodos de inactividad y observación de lo que esté pintando continuando con la construcción y la destrucción de lo pintado, que se alarga en el tiempo hasta que al final decido que se ha terminado y ya lo dejo.»